- Laura Páez
¿Qúe piensas si te digo: Cocina Mexicana?
Como ustedes bien lo saben ( y si no lo saben , les recomiendo que vayan a leer), en su Sobre Ruedas anterior, nuestra querida Mayra nos habló de la dificultad para EXPLICAR LA COCINA MEXICANA, en contextos donde no existen similitudes con nuestra cultura. Su reflexión me llevó a mi propia reflexión sobre la cocina mexicana.
Pensar en la cocina mexicana, es un ejercicio complejo, y aunque tengo la impresión de que cada dia gana más adeptos, me parece que cada uno tiene su propia idea de ella, eso me lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué es exactamente lo que nos viene a la mente cuando escuchamos decir o vemos la expresión escrita: “comida mexicana”?

La cocina mexicana tiene tantos matices y variantes, que incluso llega a ser tan contradictoria, como nuestra propia cultura. La cocina y las maneras de comer comunican por sí mismas diferentes cosas. Nuestra cocina se presenta de distintas formas y hay muchos caminos para llegar a ella, algunas nos gustan más que otras, pero finalmente, la cocina mexicana tiene para todos los gustos y todo depende del contexto.
Está claro que lo que comemos en casa tiene ciertas diferencias con lo que comemos fuera de ella. Incluso, hay diferencias cuando cocinamos para nosotros mismos, o lo que cocinamos cuando tenemos invitados a la mesa. Quizá una sopita de fideo y unos taquitos dorados, sean un manjar para un día cualquiera, pero seguramente si tuviéramos invitados a la mesa, o cocináramos para alguna celebración, recurriríamos a otro tipo preparaciones.

La comida mexicana que a comemos fuera de casa, tiene también varios rostros, empezando por la comida callejera, que en los últimos años ha ganado mucho terreno. Comer en la calle pasó de ser una necesidad o un gusto culposo, a ser un acto chido de mexicanidad, comer elotes, tacos, quesadillas y demás antojitos callejeros, se volvió un símbolo cool de ser mexicano. Tal es su éxito que, ahora hay establecimientos especializados en alguna de estas preparaciones. También se ha integrado a los menús de muchos restaurantes formales, pensemos en los esquites o los tamales, por ejemplo, dos elementos de la cocina callejera, recientemente gourmetizados.
Luego están los mercados, que siguen siendo una fuente inagotable de sabores y experiencias memorables. Están también las fonditas que, además de su aire y sazón familiar, habrá que decir que, son pioneras en eso que en algunos restaurantes prestigiados se nombra como: “menú degustación". Aunque con sus diferencias, la idea es prácticamente la misma: preparar un menú diferente cada día, de acuerdo con la temporalidad, los ingredientes del día y el gusto del cliente, priorizando siempre la variedad. Eso sí, en las fonditas, siempre se cuida que las porciones sean las adecuadas para satisfacer el apetito del trabajador mexicano.
Sobre los restaurantes mexicanos, los hay de todo tipo, los formales, los informales, los tradicionales y los más contemporáneos. Sin embargo, no profundizaré mucho al respecto, porque ya he tenido ocasión de hacerlo anteriormente en COMER A LA MODA y en 10 AÑOS DE COCINA MEXICANA. Lo que si diré es que, la cocina mexicana se impone cada vez con más fuerza, cada vez es más frecuente que restaurantes especializados en otras cocinas, coqueteen con la cocina mexicana.
Quienes merecen una mención aparte, son los restaurantes mexicanos en el extranjero. Es toda una proeza reproducir la cocina mexicana en países que cultural y geográficamente tienen poco que ver con México. Conseguir los ingredientes adecuados y presentarse ante una sociedad distinta, requiere de grandes habilidades culinarias y empresariales, por fortuna y con gran orgullo, son cada vez más los mexicanos que llevan nuestra cocina al extranjero.
Decidir cuál rostro de la cocina mexicana es mejor que otro, es prácticamente imposible, todo depende de la ocasión y también de la experiencia que busquemos. A veces comemos para satisfacer una necesidad biológica, otras por antojo; a veces en solitario. a veces para compartir; a veces para sentirnos en casa y otras, para conocer y ser parte de este mundo moderno. Pero lo que es un hecho, es que siempre queremos disfrutarla, porque nuestra cocina es para eso, para disfrutarla. ¿O no?