- Texto: Natalia P.
Las tortillas de la tía
Unos metros antes de entrar a la casa ya se percibe el olor de las tortillas hechas a mano que hace la tía, todos le llaman así, aún cuando no hay parentesco. Mientras la tía hace las tortillas, su esposo se mece sobre la hamaca, regresó temprano de la siembra.
La tía tiene dos hijos, también se dedican a la siembra, pero su parcela está detrás de la casa, todos saben que existe, por eso no es raro cuando llega Jorge, el hijo mayor, acompañado de un amigo, entran a la casa, cruzan la cocina, aún cuando era evidente su llegada dice: Ya llegué ma, la tía responde sin perder de vista cómo se inflan perfectamente las tortillas, sí m´hijo, la segunda voz es del amigo: Buenas tía, a lo que le responde: Buenas muchacho; siguen su camino por un pequeño pasillo que los lleva a la buena siembra.
Jorge abre la puerta que rechina como si se tratase de un momento mágico, pásale, invita a su amigo con el orgullo del emprendedor que tiene la convicción de que es posible hacer los sueños realidad, una vez adentro le dice escogela, te voy a dar tu prueba, para que veas la calidad, mientras le señala con la cabeza la hierba seca sobre una tabla soportada por 3 botes de pintura; una vez que ya escogió la mercancía, separa un poco de ésta, la enrolla en el papel, para probar la calidad e irse como un cliente satisfecho más, lo dos amigos empiezan a fumar.
Una vez que terminaron de fumar, el cliente dice: sí está buena! dame otros 100, esta vez Jorge la escoge y la guarda en un pedazo de periodico, sobre el título de una nota que dice “Los boletos para viajar a la luna ya están a la venta” Jorge cierra el paquete. Entran de nuevo a la casa, la tía les dice: siéntense a comer, lo hacen sin dudar, fumar les dió hambre. La tía pone los platos sobre la mesa, sirvió frijoles negros y un trozo de carne en salsa roja hecha en molcajete, se ven los pequeños trozos verdes de los chiles, acerca las tortillas, mientras Jorge sirve el agua de limón en vasos de plastico azul, en ese momento llega Adrián, el hijo menor, Jorge lo mira y le dice: ya no te tragues eso, acuerdate del que se lo tragó y vió a los espiritus, se quedó loco; Adrián solo se pasa la mano por la frente y acomoda su cabello negro.

La tía dice: coman, que se enfría, el invitado pregunta si la carne es de cerdo, la tía respondió: es armadillo, aquí hay mucho armadillo, después de una pausa dijo: pásame las tortillas, hoy me quedaron mejor, se inflaron bien bonito.