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  • Texto: Laura Páez; Foto: Miriam Lòpez

Gastronomía como estandarte de identidad nacional


Me siento profundamente agradecida al recibir noticias de ustedes. Los comentarios que me han hecho llegar reflejan sus preferencias, lo que nos gusta y que de alguna manera nos une como mexicanos en distintas zonas geográficas.


Es sumamente gratificante reconocer que gastronomía mexicana, como parte de nuestra cultura, nos da identidad en cualquier lugar donde estemos. Recibimos noticias de una panadería mexicana establecida en Panamá, por una mujer mexicana asentada en aquel país. Lo anterior, implica que con aquella migración, migró también su cultura y el conocimiento sobre cómo mantener y reproducirla en otras latitudes; siendo un elemento que distingue el trabajo de esta mujer y por supuesto un vínculo con su lugar de origen. La panadería mexicana, se volvió para ella un signo de identidad nacional.


Otra de las contribuciones, que mejor ilustran la importancia de nuestra gastronomía, es la de una mujer en cuya su experiencia, una preparación se ha vuelto el símbolo de una celebración, por lo tanto, el recuerdo de la misma y seguramente, de todos aquellos que de alguna manera intervienen en dicha ocasión; lo que es seguro, es tal preparación es también un vínculo con el personaje fundamental en su vida, quien tuvo la paciencia de transmitirle historias y recetas. Este testimonio, es una bella muestra de que nuestra gastronomía es también nuestro patrimonio cultural. Ese patrimonio que es nuestro, que poseemos, que vivimos de manera cotidiana y que tiene grandes significados personales y colectivos.


Este mes también estuvimos hablando de los alimentos que son autóctonos de nuestras regiones, las cuales, podemos decir que son parte del repertorio de la gastronomía del “Nuevo Mundo”. Aquella reflexión nos llevó a dialogar con una de nuestras lectoras, sobre su experiencia con el fruto del cacao, de la misma manera, el alimento está profundamente ligado con recuerdos significativos que marcaron su vida de alguna manera. Así mismo compartió con nosotros su descripción del fruto del cacao, el cual además de transmitir de manera fiel la experiencia gustativa, su descripción es verdaderamente poética, la cual les compartimos de manera íntegra:


"Para empezar las semillas están cubiertas de una película delgada blanquecina de consistencia suave, eso es lo que se disfruta. Es de suave dulzor con un toque medio ácido, que a su vez se pierde, simplemente es un sabor muy propio ¡único!" (Lilly Nicolail, Monterrey Nuevo León, México)


Gracias a todos ustedes por leernos y compartir tantas cosas con nosotros, enriqueciendo este espacio, de una manera que sin ustedes sería imposible.

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